21 de octubre de 2007

UN PASEO CON KOSOVAC POR LA ZONA DE 'CHAMPIONS'

Estas líneas son especiales, lectores del blog y amantes del balonmano. Después de 38 años de existencia, que es la edad que aparece en mi DNI, en este mismo instante es la primera vez que mis dedos ignorantes pulsan unas teclitas que proclaman en esta pantalla que el CAI ARAGÓN ESTÁ EN POSICIÓN DE LIGA DE CAMPEONES. Para todas las personas que, de una u otra forma, aman y sienten el balonmano aragonés, considero que ayer fue el día más importante en la historia de este deporte en Aragón. Por fin un equipo de nuestra tierra se ha metido de verdad en la lucha con los mejores clubes del mundo. Esto era impensable hace unos años. No hace falta que recuerde los sufrimientos que se han pasado. El sueño ha dejado de ser sueño. Ya es tangible, está ahí: somos terceros en la Liga Asobal.
Inicialmente, la hoja de ruta que aparecía en mi anterior comentario decía que el viaje era a Pontevedra y a la cuarta plaza. Pero ayer la jornada deparó una de las grandes sorpresas de la temporada: el Portland San Antonio cayó en Pamplona ante el sorprendente Antequera. Como el CAI Aragón ganó con claridad al Teucro (26-35) y el Ademar León juega esta tarde en el Palau Blaugrana, ayer, esta noche pasada, el conjunto aragonés durmió por primera vez en su historia en puesto de 'Champions'.
Cuando todos los modestos se rebelan (el Arrate también tumbó ayer al Valladolid...), el CAI Aragón está demostrando una gran solvencia para sacar los partidos adelante. Ayer ganó con holgura, con una superioridad aplastante. Además, lo hizo sin aparente esfuerzo, dejándose llevar. Cuando los gallegos se arrimaron en el marcador, apareció Arrhenius. El pivote sueco es un misil. No lo puede parar nadie en la Asobal. El martes se marcha con la selección sueca. El sábado aniquiló al Teucro con ocho goles y una extraordinaria defensa.
Todo el mundo estaba ayer muy contento en el CAI Aragón. El partido comenzó a las 20.00. Es decir, a los pocos minutos de comenzar, se conocía la derrota del Portland. Yo me encontraba con el ordenador portátil muy cerca del banquillo y, nada más enterarme, se lo dije a los auxiliares de Kosovac. No sé quién me oyó primero. Carlos Prendes, que estaba por ahí, frunció el ceño. Él tampoco lo entendía. Luego, avanzado el partido, me llegó al teléfono móvil el resultado del Valladolid en Éibar. Jornada redonda.
No hubo celebración explícita. Diríase que lo del CAI Aragón es euforia contenida. Al acabar de mandar la crónica al Heraldo, cuando salía del pabellón, solo quedaban en las puertas Kosovac, Cartón y Ortega. Los jugadores fueron hasta el hotel Galicia Palace en taxi. Yo también había llamado a otro taxi, pero Kosovac me invitó a ir andando hasta el hotel. Acepté, y llamé a la emisora para que no mandaran el taxi. Me extrañó la invitación de Kos, pues yo pensaba que desde el pabellón al hotel había un buen trecho, ya que el taxi de ida me costó ocho euros. Pero no, andando con Kos entendí que el taxista me había dado tres vueltas a la ciudad... Para mi sorpresa, el inefable Kosovac, el hombre que habla sueco y ruso, también conoce Pontevedra.
Atravesamos la ciudad a las 23.00. Hablamos todo lo que las numerosas llamadas telefónicas nos dejaron hablar. Felicitaciones y más felicitaciones para Kos, y preguntas y más preguntas para mí. Kos decía que el equipo está muy bien y que los demás fallan. Que Arrhenius se sale y que Doder está cada vez más fino. Además, confirmé las suposiciones que guardaba sobre Kos. Le gusta mucho dialogar y, por encima de todo, sabe que Zaragoza y el equipo se encuentran en un momento histórico. Me lo repitió tres veces.
Después de cenar, entré en la salita del hotel donde se podía ver el partido Espanyol-Real Madrid. Junto a Cartón, Arrhenius, Stian Vatne, Amadeo Sorli y Fernando Sanz, vi el gol de Sergio Ramos. Fernando Sanz es el fisioterapeuta del equipo, un chaval fenomenal. Siempre que hablo con él sale a colación Alfredo Cucalón, un entrenador del fútbol regional con el que él trabajó en el San Gregorio. Del resto de jugadores, qué voy a contraros. Cualquier persona que esté mínimamente próxima al equipo sabe que son gente educada y respetuosa. El que construyó está plantilla sabe lo que hace. Así le va al equipo, así le va a él, así disfrutamos todos nosotros.
Y con estas ideas un tanto heterogéneas unidas por la pasión por el balonmano, me despido hasta mañana, que, igual que hoy, verán al CAI Aragón en zona 'Champions'.