ZAKY QUIERE SEGUIR

Hussein Zaky siempre me pareció un jugador singular. Constaté la suposición en Kozina (ojo al dato: 16 goles de 19 lanzamientos) y la mayor exhibición individual que este terrícola ha visto jamás. En Eslovenia, el egipcio dejo 20 minutitos para recordar, para morir de placer, unos ratitos que todavía no he encontrado en ningún vídeo de los que almaceno en mi vetusta videoteca balonmanera, con reliquias en formato beta y VHS (el DVC no existía en los ochenta ni los noventa) tan deliciosas como las suspensiones de Vujovic y Portner en la Metaloplastika, los lanzamientos de cadera de Djushebáev en el CSKA, o el juego total de Wislander con el Kiel o Suecia. Con todo lo anterior, reitero que a Zaky lo tengo por un genio. Ya se sabe que las genialidades son hechos excepcionales, situaciones que no se dan con regularidad. Por tanto, no se le puede exigir equilibrio ni un rendimiento continuo.
En Zaragoza, el genio ha sido fiel a su condición extraordinaria y ha frotado la lámpara solo en determinadas citas. En cualquier caso, la aportación de Zaky hay que valorarla en su justa medida. El análisis no se inscribe exclusivamente a la cancha, a sus goles. Zaky apostó el CAI cuando el club aragonés era un recién llegado a la Asobal. Si Ortega fue el fichaje que aportó solidez, Zaky representó el vehículo promocional, el primer jugador mediático de un club nacido para aspirar a todo. Desde este punto de vista, la aportación del jugador egipcio siempre alcanzará un significado enorme. Solo con su rúbrica, el proyecto naranja adquirió una credibilidad indiscutible en el balonmano español.
En los dos años y pico de relación profesional con Zaky, me ha parecido una estrella respetuosa. Cierto es que cuesta hallar un elemento que desentone en el colectivo que ha conseguido reunir Óscar Mainer. Zaky no se desmarca del perfil marcado. Vividor (vivir intensamente no es malo; yo comparto e incluso consumo ciertos aspectos que determinan su filosofía), apasionado, sincero, integrado en la dinámica de Zaragoza y de su actual club, Zaky me comentó el pasado viernes su deseo de continuar en el CAI Aragón. Zaky se encontraba en la concentración de la selección de Egipto para jugar contra España en Valladolid. Nos felicitamos el año y los dos lanzamos el deseo de volvernos a felicitar (Dios mediante) al año próximo. Él como jugador del CAI Aragón, y yo como contador de cosas en este ventanuco. Zaky acaba contrato. Resulta evidente que quiere renovar. Y si es con un título de por medio, mejor.